jueves, 13 de diciembre de 2012

¿ Y mi placenta?... El desenlace

Como lo prometido es deuda, en el artículo anterior os hablaba de la petición hecha por la madre de una parturienta que reclamaba su placenta y cordón.
Pues bien, desafortunadamente me he enterado que el servicio jurídico del hospital no accedió a dicha petición. Me imagino, y son conjeturas, que el centro se ampara en la lejislación vigente, la cual ya comenté anteriormente.
Personalmente, he descubierto cosas muy interesantes al indagar sobre este tema.
Entre muchas curiosidades, en algunas culturas, sobre todo en el medio rural, la placenta es considerada un órgano al que se adjudica un simbolismo especial, pues aún después de haber cumplido su función fisiológica dentro del seno materno, sigue ligado al hijo y a la madre, por lo que merece un tratamiento ritual, es el hermano gemelo del niño que acaba de nacer. Todo lo que pudiese sucederle a la placenta repercutirá en la salud de ambos, o influirá en la personalidad y destino de la criatura.
En cuanto al cordón umbilical, una vez cortado, se suele enterrar al lado de un árbol debido a sus numerosas virtudes nutritivas. Al cabo de los años, el árbol crece y se piensa que su estado depende de la salud del niño. En algunas zonas se conserva el cordón como amuleto, o para reforzar lazos de familia e incluso se consume para curar cólicos y otros males.
Realmente hay muchísima bibliografía sobre estos rituales, menciono sólo un breve resumen de lo que he recopilado.
Por último, recomendaros que profundicéis en el tema porque podéis ver las distintas perspectivas interculturales entorno a esto.


Alejandra


No hay comentarios:

Publicar un comentario